COMUNICADO
3 de octubre de 2009
Un acto simbólico reivindica su protección en Barcelona
Barcelona.- Amnistía Internacional Barcelona ha homenajeado a los defensores y defensoras de derechos humanos de Colombia que desde hace demasiado tiempo corren grave peligro en ese país, como demuestra el elevado número de defensores y defensoras asesinados y desaparecidos en los últimos años.
Desde las 11 hasta las 14 horas de la mañana, en la avenida de la catedral de Barcelona, se han extendido sobre el asfalto 300 siluetas de cartón de tamaño natural representando los defensores asesinados, desaparecidos, forzados a exiliarse o amenazados para reivindicar a los defensores y defensoras de derechos humanos colombianos. Una torre de tres metros de altura ha mostrado multitud de nombres de defensores y defensoras represaliados y reprimidos por la guerrilla, los paramilitares y las fuerzas de seguridad del estado en los últimos tiempos. Una breve puesta en escena por activistas y la lectura de un manifiesto y de los nombres i apellidos de defensores y defensoras muertos, desaparecidos, desplazados y amenazados ha concretado el homenaje de Amnistía Internacional.
Durante el acto en defensa de defensores y defensoras de derechos humanos colombianos ha podido escucharse el testimonio de la defensora Nancy Fiallo que ha estado un año en Barcelona, acogida al Programa de Protección de Defensores de Derechos Humanos de Amnistía Internacional, pero que ahora ha decidido regresar a continuar su labor en Colombia a pesar de que la situación no ha mejorado para defensores y defensoras de derechos humanos.
Amnistía Internacional sale a la calle en Barcelona porque es buen momento para exigir justicia y el fin de la impunidad de las violaciones de los derechos de defensores y defensoras colombianos. También para exigir que altos funcionarios gubernamentales, incluido el Presidente de la República de Colombia, dejen de hacer declaraciones que descalifican a defensores y defensoras y los acusan falsamente de ser aliados de la guerrilla, poniendo así sus vidas en grave peligro.
Hoy, en Colombia, la situación de hombres y mujeres que defienden los derechos humanos es muy arriesgada, como lo demuestra la declaración de la Relatora Especial de Naciones Unidas, Margaret Sekaggya, del 18 de septiembre de 2009, sobre la situación de los defensores de derechos humanos tras su visita a Colombia:
“Aún queda mucho por hacer para garantizar un entorno seguro y propicio para los defensores de derechos humanos. A la luz de lo que visto y oído en los últimos 12 días, puedo concluir que aún existen en Colombia patrones de hostigamiento y persecución contra los defensores de derechos humanos, y a menudo contra sus familiares. Periodistas, sindicalistas, magistrados, abogados, activistas estudiantiles y juveniles, mujeres defensoras, líderes indígenas y afrocolombianos, así como activistas contra la discriminación por orientación sexual han sido asesinados, torturados, maltratados, desaparecidos, amenazados, capturados y detenidos arbitrariamente, judicializados, vigilados, desplazados por la fuerza, u obligados a exiliarse; o bien se han allanado sus oficinas y se han robado sus archivos. Algunas de estas violaciones hay que atribuirlas a miembros de la guerrilla, a nuevos grupos armados ilegales y a grupos paramilitares que, según los defensores de derechos humanos, no han sido desmantelados”.
El pasado mes de abril se hicieron públicos documentos que demuestran el montaje de una gigantesca operación de espionaje ilegal del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, servicio de inteligencia del Estado) contra las personas que defienden los derechos humanos. Se han intervenido ilegalmente llamadas telefónicas de defensores y defensoras de derechos humanos; se les ha seguido, vigilado y fotografiado. Y no sólo el DAS; también la Policía y el Ejército han espiado a defensores y defensoras de derechos humanos para coaccionar, frustrar y reducir su labor de defensa de los derechos humanos.
El trabajo de los defensores de derechos humanos protege los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de todos los ciudadanos, salva vidas, evita crímenes y otras graves violaciones de derechos humanos, combate la impunidad, fortalece el Estado de Derecho, protege a la población civil, lucha contra la impunidad y promueve la paz.
Amnistía Internacional exige que se proteja eficazmente la vida, la integridad física y la libertad de los defensores y defensoras de derechos humanos colombianos. Exige también que se acaben en Colombia las acusaciones fiscales sin base contra defensores y defensoras de derechos humanos, así como todas las actuaciones y prácticas que atentan contra la dignidad y libertad de defensores y defensoras de derechos.
Amnistía Internacional llama a las fuerzas estatales de seguridad de Colombia, a los paramilitares y a las guerrillas para que de una vez por todas respeten los principios de convenciones y tratados de derecho internacional humanitario.
Amnistía Internacional exige también al Estado colombiano que promueva y defienda los derechos humanos de todos los habitantes y residentes del país, como le obliga la firma y ratificación de las leyes internacionales de derechos humanos, para construir una Colombia justa, pacífica y democrática.
/// FIN
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