miércoles, 11 de noviembre de 2009

Estado Español- Argentina: Haciendo huella

Por Sandra Chaher | 10.11.2009
Para Artemisa Noticias


En enero del 2008, el diario Público de España sancionó un Decálogo para informar sobre violencia de género, de obligado cumplimiento para la redacción del periódico. La experiencia fue relatada a directivas de medios de comunicación de Argentina por Magda Banderas y Pilar López Diez, responsables de la implementación del decálogo, en una video conferencia realizada por Artemisa Comunicación.
El 5 de noviembre, cinco directivas de medios de comunicación de Argentina se reunieron en la sede de la Organización Panamericana de la Salud, para entablar un diálogo virtual con Magda Banderas, jefa de Actualidad del diario Público de España, y Pilar López Diez, doctora en Comunicación especializada en temas de género que asesoró al periódico para la implementación del Decálogo para informar sobre violencia de género diez pautas de cobertura de temas de violencia de género que se implementan en el periódico desde enero del 2008.
Zulma Richart, gerenta periodística de Radio Nacional; Amanda Alma, productora general de AM 530; Verónica Fiorito, directora de contenidos de canal Encuentro; Paula Lorenzo, jefa de Prensa de canal Encuentro; y Susana Gonzalez, directora de la agencia de noticias RENA, participaron de la actividad presidida por Sonia Santoro, directora ejecutiva de Artemisa Comunicación, en el marco de un proyecto apoyado por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que busca fomentar la perspectiva de género entre las personas responsables de los medios de comunicación locales.
Antecedentes
La elaboración de 'códigos de conducta y medidas de autorregulación para evitar los contenidos violentos, degradantes o pornográficos sobre la mujer, incluida la publicidad' fueron una de las recomendaciones que se hicieron en la Plataforma J de la Conferencia Mundial de Beijing, en el 1995. Casi 15 años después, está prácticamente incumplida.
En el diario Público comenzaron a pensar en la necesidad de un código regulatorio para casos de violencia de género en noviembre del 2007, cuando un hombre asesinó a su novia después de haberle pedido públicamente disculpas por los malos tratos, y matrimonio, en un programa de televisión. El 14 de noviembre del 2007 Svetlana O., 30 años, rusa, fue invitada al programa de televisión El diario de Patricia, en Antena 3 de España, en una emisión titulada Lo daría todo por ti. Allí –sin que la producción del programa le hubiera solicitado consentimiento-, fue confrontada a su ex novio, Ricardo N., 30 años, español, quien le pidió al aire disculpas por los malos tratos recibidos y, de rodillas, le propuso matrimonio. Svetlana no respondió. El hombre tenía una orden de alejamiento por maltrato a más de 500 mts y prohibido todo contacto con la mujer. Cuatro días después, Svetlana O. recibió una cuchillada en el cuello en la puerta de su casa y murió unas horas después en el hospital.
'Nuestro periódico tenía en ese momento un mes y medio, y la redacción era muy joven, un promedio de 32 años. Se supone que todos teníamos muy clara la posición sobre la igualdad. Pero resulta que no sabíamos cómo tratar esta información.' Así relata Magda Bandera la génesis del Decálogo para informar sobre violencia de género que transformó al diario Público en un pionero en la lucha contra la eliminación del sexismo en los medios de comunicación. Con el tiempo hubo diarios regionales que se sumaron a la iniciativa, pero Público no fue emulado hasta la fecha por medios de comunicación nacionales y masivos de Ibeoramérica. Se trata de una experiencia innovadora por tratarse de una empresa privada que decide autorregularse en un tema tan bastardeado por los medios como la violencia de género, pero además tiene la particularidad de ser de obligado cumplimiento en la redacción, una cualidad que no tiene, por ejemplo, el Manual de Urgencia de la Radio y Televisión Española (RAE), en el que también colaboró la comunicadora Pilar López Diez. Junto al Decálogo, las autoridades de Público se comprometieron a no publicar avisos de prostitución.
'Yo me planteo hace 20 años cómo conseguir que una perspectiva que es de todos los sectores, mujeres y hombres, se respete de igual forma en los medios de comunicación –señaló López Diez durante la videoconferencia-. Digámoslo sin eufemismos: la violencia de género es la violencia del hombre contra la mujer por el simple hecho de que ellos se consideran superiores y que pueden obligar a que su voluntad se lleve a cabo.'
La video-conferencia transcurrió durante una hora con preguntas por parte de las directivas argentinas, que iban siendo respondidas por Bandera y López Diez. Cuando se las consultó sobre la implementación cotidiana del Decálogo, Bandera relató: 'A veces nos resulta imposible cumplirlo: nosotros no queremos poner estos artículos en las páginas de Sucesos pero el diario tiene pocas páginas. Entonces lo que hacemos es poner siempre el número 016, que es el de atención a las víctimas de violencia de género, y así diferenciamos este tipo de notas. Si miramos el Decálogo como que nos quita posibilidades es muy complicado. Porque si no podemos hablar con los vecinos, ¿cómo hacemos con las fuentes? La policía no cuenta para esto. Nosotros en Público optamos por correr menos. Es difícil tener información veraz el mismo día que se produce un femicidio, entonces damos la información muy pequeña hasta el día siguiente que tenemos tiempo de buscar más. Y después, en la sentencia se explica toda la historia, entonces ahí sí contamos bien, aunque no sea información fresca. Tampoco tenemos fotos con gotas de sangre, que no aportan. Y la verdad es que hacemos las cosas mejor.'
López Diez se refirió a la necesidad de dar pasos importantes, como el armado de un decálogo, pero a la vez seguir avanzando teniendo presente que el sexismo mediático es mucho más que la cobertura de las notas de violencia de género. 'Un decálogo como el de Público es la primera fase para un medio de comunicación, pero si no se hace una modificación más amplia el resto del periódico se sigue oprimiendo a la mujer. Hay que avanzar ampliando el campo de representación de la mujer en los medios. Los hombres que maltratan lo hacen porque creen que pueden hacerlo. Si en un medio destacamos todos los aspectos de las mujeres estamos desafiando la perspectiva del hombre machista.'
Compartiendo experiencias
La segunda parte del encuentro con directivas de medios de comunicación de Argentina transcurrió compartiendo experiencias y saberes, ya sin la compañía de las colegas españolas y con la moderación de Monique Altschul, directora ejecutiva de Fundación Mujeres en Igualdad.
'Yo creo que el gran problema para la cobertura de estos casos son las condiciones en que se hacen hoy los medios de comunicación, hay una degradación muy fuerte –señaló Amanda Alma, productora general de AM 530-. Por otra parte, las condiciones de trabajo para las mujeres y los varones son diferentes. Los periodistas varones no identifican la violencia de género como un tema a tratar, y nosotras a la vez tenemos muchas dificultades para acceder a una fuente directa como la policía, que es mucho más permeable para los varones.'
Zulma Richard -gerenta periodística de Radio Nacional- reflexionó en relación a las notas sobre violencia que 'las mujeres somos víctimas apenas un segundo, esto no pasa con los hombres, a ellos se los mantiene mucho más en el aire'. Y luego contó una anécdota de cuando empezó a ejercer la profesión que ilustra las diferencias de género en la tarea periodística: 'Me mandaron a hacer la cobertura de una campaña electoral. Íbamos a una provincia siguiendo al candidato. Éramos varios periodistas, todos varones y yo. Después de cenar, mis colegas se iban a tomar una copa con el candidato y le sacaban muchísima información que al día siguiente eran titulares. Y yo no sabía que hacer porque si iba los tipos se iban a creer que me los quería levantar. Finalmente opté por ir yo también, pero fue difícil.'
El encuentro terminó con la consulta a las directivas presentes sobre la posibilidad de realizar una experiencia similar a la de Público en Argentina. Si bien no la consideraron imposible, por el momento creyeron más factible asumir compromisos más cercanos como capacitaciones para periodistas o la realización de notas o programas en los que se visualice la violencia mediática.

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