Un diario de alcance nacional (La República), ha publicado un artículo interesantísimo en el que se evalúa la relación Mujer-Poder-Medios. Hay algún alcance al tema peruano, pero traspolable al resto de la región. Muy, muy interesante. Lo escribe Pepi Patrón, filósofa, presidenta de Transparencia (organización de la sociedad civil vigilante de los procesos electorales).
Zuliana Lainez / Perú
Por Pepi Patrón
Diario La República, 16-03-2008, Perú.
Opiniones. Mujeres, poder y medios
Desde la década de los noventa el número promedio de ministras de gobierno ha aumentado de 9% a 24%. La semana pasada se celebró el Día Internacional de la Mujer. La aparición de un muy interesante libro me da la oportunidad de reflexionar sobre un tema de permanente actualidad: las relaciones entre las mujeres y el poder político. El trabajo lleva un sugerente título: "30 años de democracia: ¿en la cresta de la ola? Participación política de la mujer en América Latina". Fue escrito por Beatriz Llanos y Kristen Simple y publicado por IDEA Internacional. Tomando en cuenta a Fernández de Kirchner, en Argentina, y a Bachelet, en Chile, podemos considerar que si no en la cresta, en esta parte de América, por lo menos estamos en la subida de la ola. Las mujeres son cada vez más visibles en altas esferas de poder. Hay cambios muy importantes, y no sólo cuantitativos: desde la década de los noventa el número promedio de ministras de gobierno ha aumentado de 9% a 24% y lo interesante desde el punto de vista cualitativo es que sus carteras ahora incluyen defensa, economía, seguridad interna o relaciones exteriores, áreas históricamente reservadas para los varones. Creo que a nadie sorprende o sobresalta que en plena tensión militar entre Ecuador y Colombia, hable una mujer a cargo de la cartera de asuntos externos.
Sin embargo, a nivel de la representación electoral las cosas siguen ambiguas. El promedio de parlamentarias ha crecido en estos años: una de cada tres en Argentina, pero una de cada doce en Brasil. En el nivel local las cifras no son halagüeñas: en 14 países estudiados el porcentaje de mujeres alcaldesas no supera el 10%. En el Perú solo 2.8%, y ninguna presidenta regional. Es conocido el rol social que juegan muchas mujeres en la vida de sus familias y comunidades.
Sin embargo, este papel social o comunitario no se traduce en presencia en la vida política o en los poderes locales. Sigue habiendo, pues, un cuello de botella entre lo privado, lo social y lo público.
También hay que decir en este tema lo políticamente incorrecto. De cuatro mujeres presidentas que hemos tenido en América Latina, dos eran viudas, en Nicaragua y Panamá; una es esposa de ex presidente y solo una, Bachelet, no le debe nada a esposo alguno. Falta harto para llegar a la cresta.
Creo que las democracias deben seguir profundizando los mecanismos para incorporar la diversidad de género en sus instancias de poder. Las cuotas son una medida que todavía algunos discuten. Es, sin embargo, una medida excepcional para desigualdades históricamente excepcionales. No es paternalismo protector, es atender a las diferencias.
En Ecuador se ha pasado del 6% al 18% una vez establecida la cuota. En el Perú, desde que se aplica la cuota, la presencia de mujeres se ha triplicado, ahora es del orden del 29.2%. En Honduras, con la cuota, se ha pasado del 9% al 23.4% de mujeres en las últimas elecciones. Pero en Brasil, con cuota y todo, apenas llegan al 8.8%. ¿Cómo entender las diferencias? En el trabajo que comentamos se nos sugieren varias pistas interesantes. Partidos poco amigables con liderazgos femeninos, dificultades para obtener financiamiento, tradiciones, cultura, y, de manera muy importante, los medios de comunicación. Algunas cifras del Perú son muy alarmantes: los candidatos gastaron casi 5 veces más que las candidatas en publicidad en medios privados. La temática de género ocupó el 0.97% de la agenda electoral en prensa escrita y el 1.32% en televisión. En la segunda vuelta el asunto ya estuvo patético: 0.01% en la primera y en televisión el 0.23%. Y otra vez los medios de comunicación. En la caja boba en particular, personajes como Bozzo y Medina no contribuyen ni a mejorar estereotipos ni a sacar a la mujer de sus roles privados, incluidas sus versiones más sórdidas.
El tema es, entonces, también pero no sólo más mujeres. Se trata de buscar a quienes pongan en la agenda pública los problemas e intereses de las mismas. ¿Será que habrá llegado el momento de pensar en serio sobre el papel de los medios de comunicación en nuestra vida política?
Y esto es, lamentablemente, también muy válido para algunos nefastos medios escritos.
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