Por Lucía Lagunes Huerta*
CIMACNOTICIAS,del 22 de abril del 2008 al 29 de abril del 2008
Zona de Reflexión.
-- Libertad de expresión con cuerpo de mujer
En un spot radiofónico Felicitas Martinez y Teresa Bautista advirtieron lo
que podría sucederles por ejercer su derecho de la libertad de expresión, a
través de los micrófonos de la radio comunitaria "La Voz que Rompe el
Silencio" afirmaron "algunos creen que somos muy jóvenes para saber...
deberían de saber que somos muy jóvenes para morir".
Ellas rompieron el silencio desde enero de 2008, a través de su ejercicio
periodístico diario, desafiaron a todos aquellos que las querían mantener
calladas, silenciadas.
El asesinato de esta dos periodista trae consigo también las condiciones
que en la comunidad triqui se viven desde hace año, la violencia que ha
crecido en esa zona por cacicazgos añejos, alentados por la indiferencia
gubernamental.
Felicitas Martínez y Teresa Bautista, por desgracia, no son las únicas
mujeres que han tenido que documentar con sus vidas la violencia de la
zona, que se recrudece en el cuerpo de las mujeres, antes de ellas las
hermanas Virginia y Daniela Ortiz Ramírez, quienes desde julio de 2007
están "desaparecidas", sin que autoridad alguna dé con su paradero.
Felicitas y Teresa también rompieron el silencio de lo que significa para
las mujeres ejercer la libertad de expresión.
A decir de las autoridades, ellas no eran periodistas porque no existe
ningún contrato laboral de por medio que las acredite como tal fue uno de
los argumentos del Fiscal Especial para la Atención de Delitos contra
Periodistas de la PGR.
Así de sencillo lo dijo frente a once representante de instancias
internacionales que conforman la Misión Internacional de Documentación
sobre Ataques en contra de Periodistas y Medios de Comunicación.
Así de sencillo para este funcionario se puede descartar a una periodista,
igual que han argumentado en el caso de la periodista Lydia Cacho quien ha
tenido que documentar su trayectoria periodística, de la misma manera que
autoridades morelenses exigieron a la periodista Adriana Mújica,
documentara su trayectoria profesional.
Las mujeres periodistas están viviendo en carne propia las amenazas por el
ejercicio de su profesión, por romper el silencio y documentar la
resistencia, la movilización, la defensa de los derechos humanos.
Por la noche, esta misma Misión Internacional se encontró con las
periodistas de distintas entidades federativas de la República.
Escuchó de viva voz la historia de la reportera tabasqueña Cecilia Vargas
Simón, reportera de "La Voz del Sureste", quien narró el secuestro de su
hija en el año 2005, a la que además de los golpes le dejaron un mensaje
"dile a tu madre que deje de escribir lo que esta diciendo". Y documentó el
allanamiento de su domicilio, acto al que le precedió un mensaje en su
celular: "Recibió el mensaje que le dejamos en su casa. Deje de escribir.
No intente localizarnos".
También fueron escuchados por esta Misión, que el próximo viernes concluirá
su visita a México, las narraciones de la reportera Adriana Mújica, quien
además de diversos programas de radio es articulista de La Jornada de
Morelos, quien fue detenida al cubrir la protesta social por la
desaparición del Casino de la Selva y a quien tampoco se le reconoció su
labor informativa, pese a los años de ejercicio profesional y Verónica
Villalbazo, reportera de Radio Bemba, emisora comunitaria independiente de
Hermosillo, Sonora, corresponsal en Oaxaca a la que en más de una ocasión
autoridades estatales han amenazado y agredido.
Lo que en esta reunión quedó claro es que tener cuerpo de mujer y ejercer
el periodismo es una combinación peligrosa cuando la libertad de expresión
se vulnera, las hijas e hijos se vuelve blanco de las agresiones, la
amenaza de agresión sexual es preferida para intimidar.
Estos casos así como los de la periodista guanajuatense Graciela Nieto
Arroz y de las periodistas veracruzanas Claudia Lucero Reyes Acosta y
Auricela Castro García, forman parte del expediente que esta Misión
Internacional esta documentando sobre ataques en contra de periodistas y
medios de comunicación.
De acuerdo con el último censo de Población realizado en México, 90 mil
personas ejercen el periodismo en México, de ellas 52 por ciento son mujeres.
Si bien el incremento de reporteras, editoras, fotógrafas ha crecido de
manera acelerada en los último 15 años, no se ha visto reflejado en el
incremento de mujeres en puestos de decisión dentro de los medios, hoy en
día de trece periódicos sólo dos medios editados en la Ciudad de México y
con circulación nacional son dirigidos por una Mujer: La Jornada, con
Carmen Lira Saade y El Sol de México con Isabel Zamorano.
En 1995 CIMAC realizó una encuesta sobre condiciones laborales de la
mujeres periodistas, ahí encontramos que del total de la muestra las
periodistas perciben bajos salarios, no tienen estabilidad laboral, no
cuentan con seguridad social ni servicios médicos. En 2003 en un foro
público se confirmaba esta situación "UNA REPORTERA ESTRELLA DEJA DE SERLO
AL EJERCER SU DERECHO A LA MATERNIDAD".
Los periódicos mexicanos carecen de guarderías, buscan la manera de
despedir a las mujeres cuando llega el "estorbo" de las o los hijos,
incluso algunos directores de prestigiados periódicos declaran que las
reporteras "pierden su filo y habilidad periodística con la maternidad". El
sexismo en los medios sigue vigente en pleno Siglo XXI. Lo paradójico es
que el fin de los medios es exhibir las violaciones a los derechos humanos,
civiles y laborales.
Las mujeres periodistas han tenido un trato infrahumano en las redacciones
de los medios con salarios y oportunidades de desarrollo menores que las de
sus colegas varones, en un ámbito marcado por el hostigamiento sexual,
afirmó Jaime Guerrero, presidente de la Fraternidad de Reporteros de México
(Fremac).
Al presentar algunos resultados de la investigación que la institución a su
cargo concluyó sobre las condiciones de las mujeres periodistas en México,
Guerrero afirmó que "se acabó el mito de que los hombres éramos los
'huesos' (asistentes) en las redacciones, hoy los 'huesos' son femeninos".
"Se les ha restado capacidad a las mujeres desde el punto de vista
empresarial. No son las que trabajan los temas fuertes, los temas duros,
los que llevan a 'ocho columnas' en un medio", abundó en entrevista.
Como en todos los ámbitos, las periodistas ganan menos que los varones. En
las entidades federativas, un varón puede ganar entre 12 y 20 pesos por
nota publicada, mientras que una reportera recibirá aún menos, de acuerdo
con los datos de la Fremac. La gran mayoría de las periodistas están en los
rangos inferiores de los sueldos", resaltó.
El año pasado, 90 por ciento de las y los egresados de las carreras de
comunicación estaban desempleados y por cada siete mil egresados solamente
72 obtendrán empleo. Un panorama nada alentador.
lagunes28@yahoo.com.mx
* Periodista y feminista mexicana, Secretaria Ejecutiva de Comunicación e
Información de la Mujer AC (CIMAC).
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