jueves, 29 de mayo de 2008

Cuba. VIII Encuentro Iberoamericano de G y C. Abrir los medios a otras voces

IPS. Corresponsalia en Cuba
La Habana, 29 de mayo

La necesidad de abrir un espacio en los medios de comunicación no sólo para la mujer, sino también para sectores de la población tradicionalmente excluidos, afloró una y otra vez en los debates del VIII Encuentro Iberoamericano Género y Comunicación, que sesiona en la capital de Cuba desde el 27 de mayo.

Poblaciones indígenas, negras y mulatas, comunidades pobres, las llamadas minorías sexuales, en una inmensa diversidad de grupos y tendencias humanas, deben estar reflejados en los medios no sólo como protagonistas de las historias sino, cada vez más, voces influyentes en un mundo que debe ir hacia la inclusión.

"Es necesario propiciar la construcción de narraciones e imágenes plurales donde las voces, desde su multiplicidad, expongan sus propias historias, y a la vez permitan participar activamente en el debate social, en lo que algunos reivindican como debates culturales", aseguró a IPS la periodista cubana Isabel Moya.

Presidenta de la Cátedra de Género y Comunicación del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, con sede en La Habana, Moya sintetizó no pocas de las demandas planteadas durante el encuentro iberoamericano en su ponencia Otredad y cohesión social: Una reflexión desde los medios, las imágenes y el imaginario.

A juicio de la también directora de la estatal Editorial de la Mujer, esta participación activa en el debate social "propiciaría la aplicación de políticas públicas incluyentes"."No se trata sólo de mensajes aislados que apoyen tal o cual medida, sino de la reconfiguración de las practicas textuales de manera que potencien la heterogeneidad cultural y propicien los cambios a nivel subjetivo, mucho más complejos y difíciles que aprobar una ley en el Parlamento", agregó.

La propuesta, afirmó, devendría "un espacio cuyos márgenes se configuran constantemente, pero esencialmente significaría pasar del discurso 'políticamente correcto' a practicas culturales realmente incluyentes.

Entre las experiencias que podrían tenerse en cuenta para empezar a transitar este camino, la periodista cubana mencionó la prensa alternativa, las redes y medios comunitarios, los observatorios de comunicación, la autorregulación a partir de la ética profesional, la reconfiguración de las ideologías profesionales y los valores noticia.

También sería necesaria la reestructuración de los planes de estudio de las facultades de comunicación que, como norma, no incluyen la dimensión del género y suelen promover concepciones sobre el periodismo que, de alguna manera, han sido superadas por la vida o se corresponden con las concepciones que se promueven desde los centros de poder.

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