Conferencia de
Joscelina DULCE da Silva Bastos
La conferenciante es socióloga, maestra en Política Social y Ciudadania (UFPA) con Post-grados en Gestión en programas de la Reforma Agrária y Asentamientos (UFLA, Planeamiento y Gestión Ambiental (UFTO) y Política Social y Desarrollo Urbano (UNB).
Joscelina DULCE da Silva Bastos
La conferenciante es socióloga, maestra en Política Social y Ciudadania (UFPA) con Post-grados en Gestión en programas de la Reforma Agrária y Asentamientos (UFLA, Planeamiento y Gestión Ambiental (UFTO) y Política Social y Desarrollo Urbano (UNB).
He sido un de las fundadoras de la Federación de Mujeres de Pará (FEMEPA), en donde he ocupado el puesto de Secretária.
Ha participo en la Asociación de Mujeres Eneida de Moraes, con sede en Belém do Pará, desarrollando un trabajo de inclusión social de mujeres y de combate a la violencia doméstica. El proyecto se realiza en vários barrios de Belém, en especial los más periféricos.
Es militante del Partido Popular Socialista (PPS), y por dos veces ha concurrido en las elecciones (para Delegada Municipal y Diputada Federal). En el PPS actúa junto al grupo de mujeres en el trabajo de concienciación acerca de la importancia de la ocupación del espacio político por las mujeres, ya que opina que: "todavia tenemos poca representatividad en todos los ámbitos del poder político en Brasil".
AFRONTANDO LA VIOLENCIA DOMESTICA
Dulce da Silva Bastos
Ha participo en la Asociación de Mujeres Eneida de Moraes, con sede en Belém do Pará, desarrollando un trabajo de inclusión social de mujeres y de combate a la violencia doméstica. El proyecto se realiza en vários barrios de Belém, en especial los más periféricos.
Es militante del Partido Popular Socialista (PPS), y por dos veces ha concurrido en las elecciones (para Delegada Municipal y Diputada Federal). En el PPS actúa junto al grupo de mujeres en el trabajo de concienciación acerca de la importancia de la ocupación del espacio político por las mujeres, ya que opina que: "todavia tenemos poca representatividad en todos los ámbitos del poder político en Brasil".
AFRONTANDO LA VIOLENCIA DOMESTICA
Dulce da Silva Bastos
Socióloga, maestra en Política Social y Ciudadanía
Introducción
En los últimos veinte años dos historias se mueven paralelas. La primera es la historia de la lucha de las mujeres por su liberación y por sus derechos, es decir, la historia del feminismo. La segunda es la historia del desarrollo y de la expansión de la reivindicación de los derechos humanos, en la cual las mujeres desarrollan un papel clave.
También la historia de la constitucionalidad es la historia de la progresiva ampliación de la esfera pública, que reclama derechos fundamentales. Dicha Historia no es teórica, sino política y social ya que los derechos fundamentales no han caído del cielo. Todo lo contrario, han sido conquistados por medio de rupturas institucionales que empezaron con las revoluciones americana y francesa y siguieron con las luchas operarias, pacifistas, ecologistas y, por supuesto, feministas. En esta charla hablaremos de la situación de la violencia domestica en Brasil después de la aprobación de la Ley Maria da Penha, haciendo un análisis bajo una perspectiva constitucionalista de la vinculación del Poder Judicial con la defensa de los derechos fundamentales de protección y participación de las mujeres en la ampliación de normas referentes a políticas públicas de promoción de la igualdad en el combate a la violencia domestica. A partir de la entrada en vigor da la Ley, el tema ha provocado importantes discusiones respecto al control de la constitucionalidad de las normas penales y entendemos que, en este sentido, la teoría democrática feminista tiene mucho que aportar.

La Constitución Federal de 1988, en el párrafo 8º del artículo 226, determina que é competencia del Estado asegurar la asistencia a la familia a través de mecanismos que eviten la violencia en el ámbito de sus relaciones.
La Ley Maria da Penha: Un breve rescate
Maria da Penha Maia es una brasileña víctima de violencia por su ex-marido, un profesor universitario que le ha intentado matar dos veces. En la primera, disparándole y en la segunda intentando electrocularla. Penha se ha quedado parapléjica después de esas agresiones. Su agresor, condenado a ocho años de prisión, se quedó dos años en la cárcel, siendo liberado en el 2002. Actualmente sigue en libertad.
El caso llegó a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la organización de los Estados Americanos (OEA) y en 2001 el Estado brasileño fue responsabilizado por negligencia y omisión en relación a la violencia domestica, con una recomendación de "simplificar los procedimientos judiciales penales con el objetivo de reducir el tiempo procesual" en estos casos.
El caso llegó a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos de la organización de los Estados Americanos (OEA) y en 2001 el Estado brasileño fue responsabilizado por negligencia y omisión en relación a la violencia domestica, con una recomendación de "simplificar los procedimientos judiciales penales con el objetivo de reducir el tiempo procesual" en estos casos.
A partir del caso de Maria, el proceso de positivación de los derechos de las mujeres en situación de violencia familiar y domestica ha ganado un impulso, y en el 2004, basándose en un anteproyecto elaborado por un grupo de organizaciones feministas, el Ejecutivo envió al Congreso Nacional un proyecto de ley que más tarde llevaría el nombre de Ley Maria da Penha. En el proceso de tramitación del proyecto el movimiento de mujeres estimuló la participación popular en diversas audiencias públicas realizadas en varios Estados brasileños y movilizó la sociedad a través de correspondencias encaminadas al Congreso y al Senado solicitando la aprobación del proyecto.
La idea que orientó este grupo de mujeres -formado por mujeres y representantes de colectivos feministas que desde el 2002 se habían comprometido a luchar por una ley que regulase el afrontamiento a la violencia- ha sido producir una ley que reconociera este tipo de violencia como una violación de los derechos humanos y que diera instrumentos para que el Estado actuara en favor de las víctimas de la violencia de género.
La Ley 11.340/06 es por lo tanto es resultado de un amplio debate en la esfera pública por el reconocimiento de los derechos fundamentales de protección y participación de las mujeres víctimas de violencia en Brasil. En los términos de la Ley, conocida ahora como Ley Maria da Penha, la violencia domestica es reconocida como un impedimento al ejercicio efectivo de los derechos a la vida, a la libertad, a la seguridad, al acceso a la justicia, a la ciudadanía, a la libertad, a la dignidad, al respeto y a la convivencia familiar y comunitaria, entre otros. Ha entrado en vigor el 22 de septiembre del 2006 y anticipa la creación de políticas públicas de protección y promoción de derechos fundamentales de mujeres en situación de violencia domestica, como una red de asistencia a la mujer en situación de violencia domestica o familiar y medidas de protección de urgencia que deben ser llevadas a cabo por el Poder Judicial. Estas medidas incluyen el alejamiento del hogar, la prisión preventiva del agresor e incluso políticas referentes al derecho de las mujeres violadas al trabajo. La implementación de la Ley está abajo de las expectativas de los movimientos de mujeres, y exige una movilización permanente en la esfera púbica en el sentido de garantizar su correcta interpretación jurídica.
En una encuesta realizada por el Senado con más de 800 mujeres con más de 16 años de edad en todas las capitales estatales, un 15% de las entrevistadas asumieron espontáneamente haber sido víctimas de alguna forma de violencia domestica. Se estima que el número es bastante más grande, considerando las dificultades de orden psicológico, social y cultural para asumir la condición de víctima de este tipo de violencia. De todos modos, entre las que asumen haber sufrido algún tipo de agresión, el 87% cuenta que las violaciones han sido cometidas por maridos y compañeros. El 59% asume haber sufrido violencia física, un 11% denuncia violencia psicológica y un 17%, todos los tipos de violencia. Estos indicadores, sin embargo, no revelan la gravedad de lo que pasa en el seno de los hogares brasileños.
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Los avances que garantizan cada vez más derechos a las mujeres son inegables en todo el mundo, sin embargo las desigualdades entre los sexos siguen existiendo y todavia estamos lejos de superarlas. Las mujeres siguen ocupando puestos de menos prestígio en la sociedad, lo que se refleja en más o menos intensidad en los distintos espacios, como pueden ser el ámbito doméstico, el trabajo, la religión, etc. En este sentido, entendemos que la violencia contra las mujeres es la expresión máxima de la desigualdad en las relaciones de género.
En Brasil entre los años 1985 y 2002, pese a los avances en muchos campos, como la creación de las comisarías especializadas y de los servicios de atención a las mujeres, la visión del fenómeno de la violencia, desde el punto de vista de las políticas públicas, aún era "fraternidad" (paternalismo?).
La elaboración e implementación de una política nacional de afrontamiento a la violencia contra las mujeres a partir del 2003, con la creación de la Secretaría Especial de Políticas para las Mujeres incorporó acciones destinadas a la prevención, a la asistencia y a la garantía de los derechos de las mujeres en distintos ámbitos. Esta política está centrada en la integración de los servicios en salud, seguridad, educación, asistencia social, cultura y justicia, permitiendo que las mujeres rompan con el ciclo de la violencia.
Servicios apoyados por la Secretaría Especial de Políticas para las Mujeres (SPM) para afrontar la Violencia contra la Mujer:
-Centro de referencia en atención: Ofrecen atención psicológica, social y jurídica y servicios de orientación e información a las mujeres en situación de violencia;
-Comisarías especializadas en la atención a la Mujer (DEAMS): Política pública pionera en Brasil y en América Latina para afrontar la violencia contra la Mujer. Las comisarías han sido una conquista importante de los movimientos de mujeres, y durante los años 80 eran la puerta de entrada de las mujeres en la red de servicios, cumpliendo con el rol de investigación, apuración y tipificación de los crímenes de violencia contra las mujeres.
-Fiscalías Públicas de la Mujer (Defensorías Públicas): Conforman una política pública innovadora y reciente, que invierte en la creación y en la consolidación de fiscalías (defensorías) como una de las maneras de ampliar el acceso a la justicia y garantizarles una orientación jurídica adecuada, con seguimiento de sus procesos judiciales a través del apoyo financiero de la Secretaría de Política de Mujeres.
-Casa Abrigo: Hasta el 2002, las residencias de acogida han sido política prioritaria en el afrontamiento a la violencia contra las mujeres, y en muchos casos el único equipamiento disponible en algunos municipios brasileños.

Servicios de salud: otra importante puerta de entrada de las mujeres en situación de violencia en la red de los servicios públicos.
Servicios ofrecidos directamente por la Secretaría de la Mujer:
-Audiencia: Instalada en el 2003, actúa a través de la articulación con otros servicios de audiencia en el país, derivando los casos a los órganos competentes en cada nivel: Federal, Estatal y Municipal. También proporciona alguna atención directa.

-Central telefónica de atención por el Presidente Luiz Inácio Lula da Saliva a las Mujeres, llama al 180. El pacto nacional para afrontar la violencia contra las mujeres fue inaugurado el 17 de agosto del 2007 en la apertura de la II Conferencia Nacional de Políticas para las Mujeres por el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, y ha sido un paso importante para la consolidación de esta política.
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