de CIMAC para RIPVG
Octubre de 2009
Les presento una carta de Patricia Orozco, también del Movimiento Autónomo de Mujeres, y feminista y periodista. Patricia es la periodista del programa de radio que transmite CINCO, la organización que dirige Sofía Montenegro.
Comparto con ustedes que en días pasados estuvimos en Nicaragua con compañeras de la Red de Nicaragua de Estelí y Blufin, para seguir fortaleciendo la Red. Aquello era una cosa de elogio a Ortega, a través de los medios oficiales, por los 30 años de revolución, un cinismo que duele ante la realidad.
Lucía Lagunes Huerta
DENUNCIA CONTRA VIOLACIÓN DE DERECHOS HUMANOS DE LA FEMINISTA PATRICIA OROZCO, INTEGRANTE DEL MOVIMIENTO AUTÓNOMO DE MUJERES DE NICARAGUA.
El pasado 29 de octubre, la nicaragüense Patricia Orozco, feminista, histórica defensora de los derechos humanos, periodista e integrante del Movimiento Autónomo de Mujeres, fue golpeada y detenida ilegalmente por agentes policiales de la delegación departamental de León.
Patricia junto con Eveling Orozco y Lorna Norori venían de regreso a Managua, después haber realizado un taller de derechos de las mujeres. Al llegar a una aguja de retención policial, los agentes le solicitaron la documentación al chofer del taxi alquilado en el que viajaban y a ellas les exigieron que abrieran sus maletas y bolsos.
Las feministas pidieron que los agentes justificaran la revisión de sus objetos personales y, después de una discusión, terminaron por regresarles los documentos y dejarlas partir. Sin embargo, unos kilómetros más adelante, varios motorizados las detuvieron, y tras una inspección, les dijeron que las detenían porque estaban huyendo de la Policía.
Tras los reclamos de las feministas, los agentes agredieron a Patricia Orozco golpeándola en los brazos y haciéndole una llave para inmovilizarla. Producto del altercado, resultó con golpes en la barbilla, con la muñeca de su brazo izquierdo inflamada y laceraciones en su brazo derecho producto de la imposición violenta de las esposas policiales a que fue sometida. Fue subida mediante la fuerza a una patrulla de la Comisaría de la Mujer y la Niñez y llevada a las oficinas de la delegación departamental de la Policía en la ciudad de León. A las otras dos feministas las aventaron con violencia y les quitaron sus maletas y bolsos.
Tras los reclamos de las feministas, los agentes agredieron a Patricia Orozco golpeándola en los brazos y haciéndole una llave para inmovilizarla. Producto del altercado, resultó con golpes en la barbilla, con la muñeca de su brazo izquierdo inflamada y laceraciones en su brazo derecho producto de la imposición violenta de las esposas policiales a que fue sometida. Fue subida mediante la fuerza a una patrulla de la Comisaría de la Mujer y la Niñez y llevada a las oficinas de la delegación departamental de la Policía en la ciudad de León. A las otras dos feministas las aventaron con violencia y les quitaron sus maletas y bolsos.
En la Policía nunca se le dijeron los cargos por los que había sido detenida, tampoco se le permitió hacer una llamada. Unas horas después fue liberada por orden de la Jefa Nacional de la Policía, 1ª. Comisionada Aminta Granaera. Sin embargo, al tratar de interponer la denuncia de lo acontecido ante la Comisaría, la jefe de la misma le negó la posibilidad argumentando que sólo atendían casos de violencia intrafamiliar. Trataron también de que un médico forense diera cuenta de sus lesiones, pero después de esperarlo casi dos horas, decidieron regresar a sus casas.
Esta evidente violación a las garantías individuales no es un hecho aislado en Nicaragua. Durante el gobierno de turno activistas y organizaciones feministas han sido objeto de una campaña de hostigamiento, persecución y amenazas por su labor en favor de los derechos de las mujeres. Haber denunciado por violación, a su hijastra, al Presidente de la República y mantener una lucha constante en contra de la penalización del aborto terapéutico (misma que ha sido sancionada por el Comité contra la Tortura de Naciones Unidas), han sido algunos de los motivos de la represión ejercida en su contra.
Sobre esta situación, que ya ha llevado a numerosas feministas a pedir medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se han manifestado organizaciones civiles de todo el mundo, así como instancias internacionales de derechos humanos.
El aumento de la violencia contra feministas en Nicaragua es sumamente preocupante. Hacemos un enérgico llamado al gobierno nicaragüense para que cese la violencia en contra de las defensoras de derechos humanos del movimiento feminista y cumpla con sus obligaciones en materia de derechos humanos de las mujeres.
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