Por Ana María Valeri
Para El Universal
31.10.09
Tuve el honor de ser invitada a postularme para el Premio Lorenzo Natali al Periodismo 2009 que otorga la Comisión Europea. Como puede verse en su página web, este premio fue creado en 1992 para recompensar a los periodistas que actúan por los derechos humanos, la democracia y el desarrollo. La Comisión reconoce, además, los trabajos efectuados por individuos o equipos que sin ser periodistas dediquen especial énfasis a estos temas. Ése es mi caso y por ello agradezco doblemente la deferencia.
Adicionalmente la Comisión otorga tres premios a las regiones de África, América Latina y el Caribe, Europa, Asia y el Pacífico y el territorio de Magreb y Oriente Medio. Así, los ganadores, vistos sus méritos, pueden ser muchos, lo que brinda reconocimiento a la valentía y el tesón de tantos comunicadores de todo el mundo que luchan por impulsar objetivos como el de la libertad, la justicia y la paz.
Lo trascendental de este galardón es que los laureados con este premio, este año igual que los anteriores, trataron temas tan impactantes como riesgosos en ocasiones por lo difícil de sus investigaciones, colocando en peligro algunas veces hasta sus propias vidas. Y que además, en algunos casos, han provocado respuestas de los gobiernos para cambiar el rumbo de los acontecimientos que se descubren a la luz pública. En otros, se ha develado una realidad desconocida para muchos y que dirigió la mirada del mundo hacia una dirección hasta el momento ignorada.
Tal es el caso de John Njoroge, ganador del segundo lugar al premio de África en 2008, quien escribió sobre las torturas de civiles llevadas a cabo por guardias de las fuerzas de seguridad ugandesas y luego de publicar su trabajo fuera apresado, junto con sus editores, acusados de sedición. Njoroge, gracias a la presión internacional, fue liberado y hoy muchos de esos oficiales tienen casos abiertos por el Tribunal Penal Internacional. O el de Lucy Adams, ganadora del primer lugar otorgado al continente europeo este año, reportera del Herald Magazine de Escocia, que se trasladó a la República Democrática del Congo pese a la inseguridad existente en la región a fin de hacer un reportaje que denunciara los altos niveles de violencia sexual que viven las mujeres víctimas de violaciones por parte de los soldados congoleses. Otro es el caso de las ecuatorianas María Alejandra Torres y Marjorie Ortiz, ganadoras del segundo lugar del premio 2009 en la sección de América Latina, al descubrir clínicas de torturas donde familiares de homosexuales los recluían para "curarles". El gobierno ecuatoriano tomó cartas en el asunto y comenzó a descubrir una red de estas clínicas que operaban ilegalmente. Hasan Syed Shoaib, reportero de la BBC en Pakistán, escribió una investigación periodística denunciando la desaparición de prisioneros. Esto obligó a las autoridades a crear una comisión encargada de investigar estos casos.
Pero Venezuela también resultó ganadora, el año 2008, al llevarse el tercer lugar para América Latina Edgar Cherubini Lecuna, quien escribió un artículo sobrecogedor donde destacó el reclutamiento forzoso de niños por parte de la guerrilla colombiana y el rechazo que sufren en sus comunidades una vez que logran salir de la selva.
El primer Gran Premio Lorenzo Natali de este año, otorgado a un periodista chino, Yee-Chong Lee, por su reportaje para la televisión sobre la baja calidad de las construcciones de algunas escuelas donde murieron cientos de niños en el terremoto de Sichuán en mayo de 2008, es, sin lugar a dudas, aterrador. Y las acciones llevadas a cabo por parte del Gobierno de ese país a fin de silenciar a los familiares de las víctimas así como la rápida eliminación de todas las pruebas posibles del área devastada, llevan a pensar que este descubrimiento tiene en su haber un fundamento más que sólido para ser denunciado y evitar que en el futuro la población sea engañada nuevamente.
Todos estos hombres y mujeres que han sido recompensados con el premio Lorenzo Natali merecen un reconocimiento extraordinario por su labor, su coraje y su tenacidad para tratar temas de investigación que por lo arriesgado muchos habrían dejado de lado. Yo estoy más que segura que en nuestro país hay muchos, muchísimos potenciales premios Lorenzo Natali que se exponen a diario para denunciar y conseguir hacer su trabajo a pesar de las dificultades que encuentran. Por eso, este premio creado por la Comisión Europea, más que un estímulo, es un testimonio invalorable de lucha por la justicia.
anamariavaleri@gmail.com
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