Escrito por Gisella Evangelisti.
Para La Independent
20 de Junio de 2013
Este
18 de junio tuvo lugar en la sede de IEMED, el Instituto Europeo para
el Mediterráneo, en Barcelona, la conferencia sobre el papel de las
Mujeres en el proceso de consolidación de la Democracia en Túnez, a
cargo de Basma Khalfoui, abogada y activista de Derechos Humanos, que tras el asesinato de su marido Chokri Belaid, líder del partido progresista el Watada, es ahora símbolo de la resistencia al proyecto conservador islámico.
Basma Khalfoui. Foto de Amada Santos
El director del IEMED, Andreu Bassols,
inició el acto valorando el papel de las mujeres en la revolución
tunecina, expresando el deseo de que sean confirmados, y no reducidos,
sus derechos conquistados con tanto sacrificio. Como afirma en la
presentación del último número de la revista Cuadernos del Mediterráneo,
recientemente editado, "los derechos de la mujer hoy en el mundo
árabe-musulmán son el termómetro para medir la temperatura del proceso
democrático". Señaló también que existe el peligro de que los partidos
políticos instrumentalicen los derechos de la mujer, y que se
simplifique el tema creyendo que sólo desde el antiislamismo se pueda
luchar a favor de la igualdad, o por otro lado, se confunda tradición
con religión (el 98% de los tunecinos son musulmanes) para imponer una
interpretación dogmática de los textos religiosos.
De izquierda a derecha: Tona Gusi, Basma Khalfoui, Andreu Bassols, Teresa Carreras y Maria Àngels Roque. Foto de Lídia Vilalta
A continuación María Àngels Roque, directora de los Cuadernos del Mediterráneo, presentó el último número Mediterranean trough Women
con una treintena de contribuciones de investigadores y recordó que en
2006, en Estambul, fue la primera reunión interministerial EUROMED para
reforzar el papel de las mujeres, después de un estudio preliminar de la
Fundación Anna Lindh para el Diálogo entre Culturas, en la que
participaron el IEMED y las principales asociaciones de mujeres
mediterráneas. Barcelona en 2010, Casablanca en 2012, y Marsella en 2013
han sido después las sedes de los Forum de la Fundación Anna Lindh, y
donde se ha discutido temas como: Diálogo, Democracia, Desarrollo y
Diversidad, e intercambiado experiencias entre redes nacionales de
mujeres comunicadoras, académicas, cooperantes, artistas. El reto
principal es cómo superar la escasa representatividad de las mujeres
como agentes de cambio en los países del Mediterráneo, en situaciones
marcadas por la crisis socioeconómica, y la discriminación en la vida
profesional y familiar. Por ello en los Forum han presentado
recomendaciones y difundido buenas prácticas.
Teresa Carreras y Ma. Àngels Roque. Foto de Lídia Vilalta
Teresa Carreras,
presidenta de la Asociación de Periodistas Europeos de Cataluña (APEC),
trabaja desde hace más de veinte años favoreciendo la difusión de temas
como: laicidad, igualdad, solidaridad entre ambas orillas del
Mediterráneo. En el marco del FSM de este mes de marzo de 2013 en Túnez
hizo una entrevista a Basma Khalfuoi publicada en la
Vanguardia del 7 de abril 2013. Mencionó especialmente la iniciativa que
se está implementando en Túnez de turismo solidario.
Tona Gusi,
intervino como vicepresidenta de Red de Mujeres Periodistas y
Comunicadoras de Cataluña y co-coordinadora de la Red Mediterránea de
Información y Comunicación con Visión de Género. Esta Red Mediterránea
fue creada en 2007, como fruto de un largo proceso realizado por las
mujeres periodistas del Mediterráneo, iniciado en Siracusa en 1992 y en
Barcelona en 1995, para superar el desconocimiento y los estereotipos
existentes entre ellas. Conscientes de que un mundo mejor no es posible
sin las mujeres, las y los periodistas con visión de género trabajan
para dar a conocer las luchas y los trabajos de las mujeres así como sus
derechos en ambas orillas del Mediterráneo.
En
las actividades de la red durante los encuentros mediterráneas de
periodistas con visión de género y en los Foros Mundiales Sociales ha
hecho un seguimiento de las propuestas y debates de las asociaciones de
mujeres y de las ONG con visión de género. A destacar durante el FSM
2013 en Túnez: la demanda de igualdad con el hombre (y no la
"complementariedad" con él, preconizada sin éxito, por el gobierno
tunecino dispuesto a cambiar el artículo 5 de la Constitución), la
llamada a que se reconozca la representación política de las mujeres, la
denuncia del patriarcado sea en la religión católica o la musulmana, el
derecho a decidir sobre el propio cuerpo, contracepción y aborto, y la
labor realizada contra la violencia de todo tipo hacia las mujeres , la
machista, la de los Estados, la que se produce durante los conflictos
así como la denuncia de la mutilación genital femenina (que ya tuvo gran
resonancia en el Foro Social Mundial de Nairobi de 2007 y en el de
Dakar de 2011).
Cuando se habla de las revoluciones árabes se focaliza mucho en el papel de la juventud en las luchas democráticas, observó Tona Gusi,
a veces sin recordar que estas y estos jóvenes luchadores son hijos de
madres que han roto esquemas y han abierto caminos de renovación, de
feminismo. De hecho, las primeras luchas por los derechos de la mujer
se realizaron en la década de los 30 del siglo pasado, y desde
entonces, entre dificultades y obstáculos, el movimiento de mujeres no
ha cesado de avanzar.
Tona Gusi y Basma Khalfoui. Foto de Lídia Vilalta
Conferencia de BasmaKhalfoui
Con su tono decidido, pero acompañado por un estilo discreto y moderado, Basma Khalfoui ha
convertido, sin proponérselo, la figura más relevante en la lucha por
la democracia en Túnez, asumiendo en pleno la herencia moral del marido Chockri Belaid,
el asesinato del que no ha sido aún aclarado pero que ella atribuye al
gobierno de Ennandha. Su foto con los dos dedos levantados en señal de
victoria, y canto del himno nacional desde el camión que acompañaba el
ataúd de Belaid, animando a la multitud que seguía angustiada el
funeral, su invitación a las mujeres para que fueran al cementerio para
honrar el líder, rompiendo la tradición, la visita a la viuda de un
policía muerto por los manifestantes antigubernamentales, consolando y
reconociendo que las mujeres son las principales víctimas de las
políticas conservadoras han dado la vuelta al mundo y le han atraído a
Túnez la estima y el afecto de gran parte de la población.
En
Barcelona llega como siempre, vestida con sencillez, sin maquillar,
pelo gris, la voz tranquila. De 42 años, nacida en una familia modesta y
huérfana de padre desde pequeña, participó activamente en el movimiento
estudiantil (UGET) durante sus estudios de derecho, sin salir del
anonimato, que siguió también después del matrimonio con Chokri Belaid, el reconocido líder del Partido Democratico Unificado, El Watada.
"No
estamos en un periodo post revolucionario", comenzó a explicar en la
conferencia en el IEMED, al contrario, seguimos en plena lucha para
defender la democracia, y los derechos de la mujer. En este tema se vive
el conflicto entre el rol tradicional de ama de casa, y las figuras de
mujeres libres, intelectuales, que han comenzado a surgir en la sociedad
tunecina desde los años 50, 60, 70 y siguentes. En 2008 en el sur de
Túnez fueron mujeres ancianas y amas de casa las que salieron a
protestar contra el gobierno, persistiendo también tras sufrir arrestos y
violencias. No se puede decir entonces que la revolución ha sido obra
de las intelectuales, sino del trabajo de base de mujeres de todo tipo
de clase social, y esto sin reconocerse en líderes.
La
Asociation Tunisienne de Femmes Democrates, la organización más
reconocida que trabaja a favor de los derechos de la mujer, y de la que Basma Khalfoui
es activista desde hace muchos años, ha elegido ser muy selectiva en la
incorporación de militantes, por miedo a infiltraciones policiales.
Desde 1995 ha implementado el Centro contra la violencia a la Mujer,
donde se trabaja directamente con los problemas concretos, creados por
todo tipo de violencia, que sufren las mujeres en su día a día. Hoy la
Asociación quiere darles los instrumentos para defenderse ellas mismas
contra la violencia: no se trata de armas, sino, básicamente, de la
conciencia de sus derechos, el conocimiento de las leyes, la capacidad
de argumentar con calma y decisión. Un empoderamiento en todos los
campos, que usa y expresa la "fuerza dulce" de las mujeres.
En
el campo rural, Tunisia no cuenta todavía con una red de mujeres donde
que se alfabetize a campesinas, o que apoyen iniciativas económicas como
microcréditos, como las que hay en Marruecos. Después de la caída de Ben Ali,
han surgido un cierto número de organizaciones no gubernamentales
activas en el sector, pero no hay todavía un registro completo, observa Basma Khalfoui.
El
principal problema que vive Túnez, según la activista, es que el estado
trata de amalgamar política y religión en un empaste que afecta
duramente a los derechos de la mujer. Por ejemplo, mientras las mujeres
son las principales víctimas del desempleo, en las zonas rurales se
impide la contracepción, obligando a las mujeres a tener 7-8 hijos,
relegándolas a la casa.
Incluso
en los partidos progresistas la mujer no tiene el espacio y la
representatividad que se merece. En el Congreso hay 58 mujeres y 217
hombres, "imaginemos como fue tratado el tema de los roles de hombre y
mujer" explica. "Sin embargo", declara, "yo creo firmemente en el
pueblo: la sociedad civil ha sido capaz de rechazar tres proyectos de
reforma conservadora de la Constitución, y la sociedad tunecina no
volverá atrás. Hay valores, como la igualdad entre hombre y mujeres que
no importa si los ha sostenido ese u otro líder de este u otro país, ya
son patrimonio universal, aunque todavía sean cuestionados por las
fuerzas que no quieren renunciar a sus privilegios ".
Recientemente, la sociedad tunecina ha sido sacudida por la actuación de Amina Tyler,
miembro de Femen internacional, que se presentó en Facebook y en el
centro religioso de Kairuoan con los pechos desnudos, para denunciar la
injusticia y la falta de libertad en la condición femenina bajo los
poderes conservadores islamicos. Basma Khalfoui opina
opina que no se debería llegar al extremo de usar el cuerpo femenino
como forma de protesta, sobre todo porque las sociedades musulmanas son
más bien recatadas, pero la protesta de Amina Tyler es
justificada, y hay que defenderla. La joven ha sido condenada a cuatro
meses de prisión por asociación delictiva y ofensa al pudor.
A pesar de la represión contra artistas, dirigentes etcétera, a pesar de ello "la lucha continua para sobrevivir", Basma Khalfuoies
es optimista. Ya que en esta lucha, afirma, las mujeres han descubierto
su tremenda fuerza, y confía en que esta extraordinaria energía se
mantenga y difunda. Es la misma energía que le viene a ella, confiesa,
por haber recibido tanto amor de tantas mujeres tunecinas y extranjeras.
Por eso sigue en su actividad, apostando, entre otros, en dos objetivos
importantes: Uno es favorecer el proceso de unidad de las fuerzas
progresistas, de cara, pero no sólo, en las próximas elecciones. Otro es
la búsqueda de la verdad aclarando el asesinato de Chokri Belaid: por eso hay que organizaciones de Derechos Humanos y personalidades internacionales hagan presión sobre el gobierno tunecino.
Optimismo y esperanza, contra vientos y mareas, unidad y no violencia. Estos son los mensajes que lanza Basma Kalfuoi, cuando saluda a punto de volver a la otra orilla del mar Mediterráneo, ahora más que nunca, Mare Nostrum.
El acto se prolongó más allá de las dos horas debido a la gran cantidad de intervenciones y preguntas del público.
D'esquerra a dreta: Tona Gusi, Basma Khalfoui, Andreu Bassols, Teresa Carreras y Maria Àngels Roque. Foto de Amada Santos
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