Por Tere Mollá Castells
Quizás una de
las características más comunes de los gobiernos de derechas es la necesidad de
controlar los cuerpos de las mujeres como si de un enemigo a batir se tratara.
Y un ejemplo claro
de lo que digo es la ofensiva y patriarcal y misógina que ha lanzado el
ministro Ruíz Gallardón en contra de la libertad de las mujeres para elegir
sobre cómo, cuando y con quien ser madres, o sobre no serlo.
Esa necesidad
de controlar los cuerpos de las mujeres es una clara herencia de los postulados
también misóginos y patriarcales del la religión cristiana que a las mujeres no
nos considera seres humanos completos y seguimos siendo subsidiarias de los
hombres.
Y si en el
Estado Español se nos pretende obligar a gestar y a ser madres en contra
incluso de nuestra propia voluntad, en otros estados, también gobernados por la
derecha se esterilizan a las mujeres sin su consentimiento, obligándolas a una
esterilidad no deseada. El caso más flagrante es el de las
mujeres peruanas que en su momento y bajo el mandato de Fujimori fueron
esterilizadas contra su voluntad, tal y como vienen denunciando desde entonces.
En cualquier caso y a través de la
imposición, la derecha pretende controlar y por tanto, apropiarse de nuestros
cuerpos, lo cual es, al menos para mí, del todo indecente.
¿Se imaginan
ustedes un estado que castrara a los hombres sin su consentimiento y por ende les
condenaran a una esterilidad perpetua sin tener en cuenta su voluntad? Pues eso
es lo que están haciendo con los cuerpos y las vidas de las mujeres.
Y como setas
van apareciendo voces (masculinas por supuesto) que se atreven a preguntarse y
sin ningún rubor que para
qué queremos las mujeres libertad sobre nuestro propio cuerpo. Sí, como lo
han leído. Y, además quien se lo pregunta dirige un medio de comunicación
generalista, por supuesto de derechas. Y se quedan tan a gusto.
Desde mi punto
de vista, afirmar esto es lo mismo que justificar la utilización de los cuerpos
de las mujeres en los conflictos armados, o justificar las violaciones
sistemáticas de los Balcanes o de Ruanda, o las mutilaciones genitales que
sufren las niñas en algunos países del mundo. En definitiva usar, utilizar,
mutilar y moldear los cuerpos de las mujeres al antojo de lo que piensan un
grupo de hombres que ejercen el dominio y ponerlos al servicio de la comunidad
masculina en general.
Y todo ello,
evidentemente sin respetar para nada la libertad de las mujeres a las que
cosifican de modo que sea mucho más “normal y natural” apropiarse de su cuerpo.
Estamos en el
siglo XXI y en Europa que se supone que es, presuntamente uno de los espacios geográficos, sociales y
políticos con mayor índice de libertad y bienestar del planeta. Un espacio
construido a lo largo de los años y con el esfuerzo de muchas personas que idearon
y llevaron a la práctica sistemas políticos que igualaran y respetaran las
vidas humanas de todas las personas para evitar que nadie se apropiara de la
vida de otras personas y les aniquilara sus voluntades y decisiones. Ya vimos
cuando el conflicto de los Balcanes que esas ideas, que eran una bella utipía,
no dejaban de ser eso, utopía. Pero ahora, con la contraofensiva de la derecha
europea reforzada con esta farsa que han llamado crisis y que están utilizando
unos cuántos para enriquecerse todavía más, vuelven las viejas ideas del
sometimiento de quienes ellos, esos mismos hipócritas que se están
enriqueciendo con el sufrimiento de millones de personas, consideran que no han
de tener derechos sobre sus propios cuerpos y sobre su maternidad. Y quiene
someternos de nuevo a sus dictados de mercado, de miedo, de obediencia debida a
los varones de clan, etc.
Pero no lo van
a conseguir pese a Gallardón y sus secuaces tanto del (des) gobierno al que pertenece,
como de la Conferencia Episcopal con sus señores de faldas largas y negras.
Y mientras en el Estado Español y
en muchas ciudades tanto de Europa como de otros lugares del mundo claman y
protestan por esta involución que esta gentuza hipócrita quiere imponernos, la
creatividad para la lucha hace su aparición y nos encontramos con iniciativas
como esta en la que cientos
de mujeres decidieron registrar su cuerpo encontra de la reforma de la leys del
aborto. Esta acción, que fue idea de la artista y
activista madrileña Yolanda Domínguez, se realizó en Madrid, Bilbao, Barcelona,
Sevilla, Pamplona y Pontevedra. Y quien sabe si se extiende por otras ciudades
donde puede acabar…
Desde hace unas semanas y por parte de varias organizaciones y
particulares se está pidiendo un gran pacto de mujeres en el Parlamento apra
evitar esta reacción patriarcal, misógina y que atenta contra la vida de las
mujeres. Las mujeres Diputadas del PP se oponen, al menos publicamente. Habría
que preguntarles que piensan ellas mismas, más allá de las imposiciones del
propio PP sobre el valor de la vida humana, más allá de, como digo, la oponión
del propio partido.
Y sobre todo habría que preguntarles a toda esa gentuza, mujeres y
hombres que defienden la reforma ¿Donde están sus ideas y sus correligionarios
llamados “pro-vida” cuando en lo que llevamos de años son ya diez las mujeres
asesinadas a manos del terrorismo machista, por ejemplo. Aunque claro para
ellos y ellas esto no es terrorismo aunque mate más que el terrorismo político?.
Hipócritas.
También habría que preguntarles ¿Donde están los “pro-vida” cuando
en un intento desesperado por mejorar sus condiciones de vida más de quince
personas subsaharianas pierden la vida en Ceuta cuando intentaban llegar a sus
costas?. Hipócritas.
O ¿Dónde están sus pancartas reclamando derechos para el “concebido
no nacido” cuando hay niñas y niños con una vida por delante pero que no puden
comer correctamente cada día por que esta farsa llmada crisis les ha dejado en
la miseria? Hipócritas
O ¿Por qué no aparecen cada vez que una persona enferma yo
dependiente perde la vida por los recortes que ellas y ellos han implusado o
refrendado? Hipócritas
Y así un sinfín de preguntas que reflejan la hipocresís de esta
gentuza que nos (des) gobierna y que sólo pretende imponer criterios
reaccionarios al más puro estilo dictatorial amparándose en unos votos que
consiguieron mintiendo y corrompiendo todo lo que tocaban, como se está
demostrando poco a poco.
Ellos y ellas, quienes ostentan el poder, creen que pueden
apropiarse de cuerpos y voluntades de las mujeres, pero en las últimas semanas
y con las movilizaciones que se están dando tanto dentro del Estado Español
como fuera de él, van a tener que medir sus acciones si no quieres salir por la
puerta de atrás de las instituciones de todo orden.
Porque nosotras no vamos a
parar de exigir lo que es, incuestionablemente nuestro. Nuestro derecho a
decidir sobre nuestro propio cuerpo.
Ontinyent, 9 de febrero de 2014.
tmolla@telefonica.net
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